9.3.08

Tan- tatún- tatún- tatatún- ta...

Franco hizo un bollito con su blog y empezó a contar otro, con su voz de sangre tibia y un poco arenosa.
Vamos a escucharlo, que él quiere escucharnos decir algo:

7.3.08

Maravedí azul. En serio.

Mariela Laudecina. No sé quién es, y está bien. Así debería ser cada vez que uno compra un libro porque sí, pero la verdad es que la gente no practica esa clase de "lectura de riesgo". Esta vez me salió bien. Ella es... les dejo que la lean un poquito.

Monsieur Petit lu
Lo conocí en una editorial. La primera vez que lo vi tiró sobre el escritorio una taza de té humeante; puteó en marroquí, o en vasco, tal vez fue en alemán. Él es una invención de Witold, sino lo fuera, se peinaría como una persona normal y jamás lo hubiera reconocido.

Transeúntes.
Una mujer pasea con el novio, d epronto dice -voy a comprar caramelos- y le pide que la espere junto al cantero. El kiosko está en la esquina por la misma vereda. Apuesto a que ha sido una excusa para que la contemple desde lejos, con el sol detrás y el viento que la despeina convirtiéndola en una extraña, en una aparición perfecta y onírica, en un regalo fugaz, como todo aquello que él no advierte

Luces.
Cavó un pozo en la tierra. No se encontró.
Lo hallaron cavándose a si mismo, había comenzado por el vientre.

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El librito está muy bueno. Se llama "Ciruelas" y para mí son los cinco pesos mejor gastados de todo el mes. No sé si se conseguirá en algún lugar que no sea acá en Córdoba, pero bueno. Mala suerte para los extranjeros, pues los buenos artistas locales no son artículo de exportación.
[Insert despedida en algún idioma interesante]