pero desde el fondo, emerge una figura espantosa.
Muy precisa, rodea todo mi cuerpo y se posiciona en el lugar justo: bloqueando la salida. Yo, que me he quedado inmóvil, conservo en el rostro las mismas facciones que antes de verla. Pero sé (y ella también sabe) que un terror extraño, difícil de dominar, me corre por las venas.
Todo se vuelve cada vez más confuso. El agua caliente sigue corriendo, y el vapor lo inunda todo, difuminando los contornos. No puedo ver sus ojos, pero sé que me mira.
Afuera resuenan todavía las bombas y los gritos; los monstruos no existen para el resto del mundo. Nadie vendrá a ayudarme. Y ella sabe... mi cuerpo desnudo se estremece. Entre la niebla, pensando en el contacto escalofriante con su fino y áspero ser. Ella sabe.
Yo sé que corre. Yo sé que puede saltar. La cita es inaplazable; lo es cada vez.
Siempre igual, intentando calcular cuánto pueden sus miembros quebradizos contra los míos. Pero el terror... el terror me vuelve débil. Y mi piel no soporta el concepto de sus patas desgarbadas y precisas.
Otra vez, mirarla. Sin ver sus ojos, clavar mis sentidos en ella. Me está mirando. Me mira. Y en cualquier instante se moverá hacia mí.
(13/9/06)
Subjuntivo
Hace 11 años.
3 Comments:
Impresionante... Qué terror...
Me encanta...^^
Viva^^
A que no sabés quién es ella...
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