El frío es como un niño que te toma las manos: no podés querer soltarlo nunca, y una vez que te toma hay que acarrearlo para siempre, o hasta que crezca y se vaya, y duela un poco en el alma.
Pero es como un niño por razones todavía más oscuras
que no pienso revelar.
Subjuntivo
Hace 11 años.
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