(...)
La primavera en aquel barrio
se llama soledad, se llama gritos de ternura,
pidiendo para entrar y en el apuro está lloviendo
ya no se apretarán mis lágrimas en tus bolsillos
cambiaste de sacón
Un día nos encontraremos
en otro Carnaval
tendremos suerte si aprendemos
que no hay ningún rincón
que no hay ningún atracadero
que pueda disolver en su escondite lo que fuimos.
El tiempo está después...
El tiempo está después...
(Fernando Cabrera, El tiempo está después)