26.2.09

WAAAAAARGHHHH (resicklaXe)

Siempre que escucho las palabras de amor caigo en cuenta de lo mismo: Se escribe desde lo visceral. Lo demás se dice, nomás. ¿Qué es la poesía de la angustia, sino una sombra borrosa de la poesía del desasosiego? ¿Qué es la descripción suave del paisaje sino el pie para el ardiente amor por la tierra?

Siempre han dicho que los poetas somos exagerados. Ojalá lo fueramos. Todos. Y ojalá todos fuéramos poetas, amordazando al silencio con hebras de pasión.
¡Pasión!
¡Pasión no significa ser pasivo!
¡Pasión es abrir el pecho para fundirse, para salir, para correr a enchastrarse todo de barro y gloria!
La pasión es el cuchillo con que abrimos grietas entre el sedimento gris del humo, aunque la sangre se envicie de horror y pena, de pasos oscuros, de miedo y de salud.
Cada vez que matamos una pasión a fuerza de teoría, se nos llena el cuerpo de odio a la sonrisa. De no. De la mal pintada desazón. De cierta inmunda inclinación al colorcito pastel. Y el resentimiento de la pasión esclavizada ataca lo libre con envidia, y así nos volvemos moralistas.
¡Jah! Moralistas achacosos que malgastan sus horas en ir al médico, al ginecólogo, al oculista, al dentista, al endocrinólogo, al flebólogo, al otorrinolaringólogo y al analista para ver si nos dan más horas que podamos malgastar en ir tal vez alguna vez de vacaciones a las sierras a mirar el paisaje.
¡Oíd! ¡La ciudad está llena de gente muerta! ¡Zombies babosos nos venden el pan y nos dan clases de ciencias sociales! Fingen que bailan pero en realidad compiten. Pretenden cantar bellamente y en realidad apenas se revuelcan en la satisfacción rosadita de exhibirse. Y consumen las palabras de los apasionados como si fueran paquetes de papas fritas 0% grasa 0% colesterol.
Bueno, sépanlo: NO EXISTEN LAS PAPAS FRITAS LIGHT.
Y sepan también: LO INMORAL ES BEBERSE LA SANGRE DE UN POETA PARA LLENAR LOS HUECOS TRISTES DE SUS VENAS CORRECTAMENTE VACIADAS
y después juzgarlo
por débil, juzgarlo
por insensato y lastimador de seguridades reales. Por ser más que apenas un pedacito de literatura. Por salir de las hojas a la calle y enamorar a alguien y hacerlo llorar.
Así que acá estoy, gritándole al vacío porque me aguanto cada día esos comentarios tenues, precavidos, que ladran desde atrás de las rejas, para que nadie se acerque al hogar, prisión voluntaria de los cobardes. Que ladran a favor de la expropiación de las tierras, pero igual ponen alarma porque no vaya a ser que alguien se meta en MI pedacito de mundo a robarme la ilusión de seguridad que tanto me costó construír. Y le grito al vacío de la hoja en blanco porque acordarme de que mi Amor existe me hace llorar, y mirar cómo cada uno de los demás, esos vulgares demases, lo reprueban y lo desentienden me hace llorar también.
Me cansé de sentarme a mirar, arropada en silencio, cómo me dicen qué exagerada, qué rara, qué inestable, es lo único malo que tenés, si fueras un poco más sensata. SI FUERA UN POCO MÁS SENSATA QUÉ. ¡¿EH?!. ¿ME GANARÍA EL AVAL DE CIENTO VEINTE MISERABLES QUE ME RECORDARÍAN COMO UN EJEMPLO DE SUS COSTUMBRES BURGUESAS HASTA DESPUÉS DE MI MUERTE? Me convertirían en un mudo pilar de la milenaría lógica que repite:
Destruír está mal (porque en la propiedad guardamos nuestros sentimientos)
Robar está mal (porque sobre la propiedad duerme nuestra seguridad helada)
Invadir está mal (porque trenzada con la propiedad está nuestra fucking definición ontológica).
Se escribe, creo, desde lo visceral. Lo demás es pura forma, estrategias anudadas las unas a las otras para hacernos creer que alguien sintió algo, posiblemente por algún envidioso de palabras ajenas que quiso ser aplaudido.
AGHH. Quédense con los malditos aplausos, con la memoria popular, con los títulos, las menciones y todas las placas de bronce del mundo. La trascendencia está en el amor al Afuera, y no al revés. Nunca al revés.
Postres de chocolate sin calorías. Eso sólo se le podía ocurrir a un imbécil, por favor...

4 Comments:

Claroscuro said...

Que delicia de ira.
Me perdonarás el lengüetazo, pero es que se te derramaba toda.

Y aunque tengo como un presentimiento chiquito de que a pesar de todo lo que pueda estar de acuerdo, el decir algo me hará blanco de tu cuchillo afiladísimo, me temo que no tengo más opción que aplaudirte. Por esto, y por todo.
Y si alguna vez fui en verdad ese que te dijo que fueras más razonable, o que te hechó la culpa de poetizar a costa de corazones inocentes... estoy dispuesto a tragarme por él todas sus palabras.

Yo si te recuerdo, y se me ocurren que hay unos tantos más que también lo hacen -y lo harán.

María (Letras) said...

Van, me sorprende que arranques a la defensiva: yo te ataco sólo porque me atacás vos primero. Dios, esto es un círculo vicioso de faconazos intelectuales. Stop.
Me enterneció tu comentario positivo. Sinceramente no lo esperaba. Especialmente porque la bronca vuelve un poco torpes mis palabras y ya estoy viendo repeticiones, cacofonía, errores que a esta altura no me puedo permitir (jajaja, qué agrandada, como si no los cometiera todo el tiempo).
Lo triste del asunto es que este grito de bronca es simplemente un escape momentáneo. Porque tengo que articular con esas personas para vivir; porque son mi familia, mis amigos, mis compañeros de proyecto. Y porque pueblan el mundo y conforman la $%#@&¬ mayoría. Y porque, al fin y al cabo, no puedo condenarlos realmente por preferir la permanencia en lugar de la trascendencia -aun si no saben qué es lo que están eligiendo-: en ellos descansa la conservación de la sociedad y, acaso en última instancia, de la raza.
Como ves, hoy tengo más angustia que bronca. Así que voy a estudiar y rendir y hablar con las personas con la cabeza gacha, como siempre. Pero en el fondo voy a estar yo enojándome, porque vos todavía te acordás de que existo, y acaso alguien más lo haga. Antes de olvidarme, por favor avísenme así me visto de blanco.
Un beso.

Poncio Lucas Márquez said...

Esto me recuerda mucho a aquella noche en la que intentaba explicarte una teoría que, por cierto, estaba elaborando a fin de que se produzca música mediante la utilización de todo objeto existente en el mundo (basada específica e hipotéticamente en un sistema de partículas), lo cual implica que debe tratarse de una teoría expresada de manera extremadamente generalizada, y me contestaste como si el peso del conservadurismo descansase sobre vos. La misma bronca- acaso "scöenbergiana"- siento y comparto.

María (Letras) said...

No, Lucas. El peso que descansa sobre mí es el peso de la lógica. Tus partículas eran un modo (y sólo uno) de acceder a "cualquier forma de hacer música", y valía más decir: "hagan cualquiera" que teorizar así de inútilmente.
Cuando logres entender la lógica del Tratado de Armonía y de todas las alternativas serias al sistema de notación musical, llamá a tu bronca "schöenbergiana". No antes. No todavía.
Y me canso de que nunca entiendas lo que escribo.