8.11.07

De gente y cosas y formas en que se poseen mutuamente

El regateo es un fenómeno propio de los bajos estratos de la sociedad. Ningún individuo muy fino iría al mercado a regatear por un reloj; ¿pará qué, si puede compar cinco en ese mismo momento?. Pero los demás sí regateamos; y mientras más marginal es el lugar, más aceitados están los mecanismos de regateo. Se trata de operar con esta lógica: "No necesito realmente lo que estás vendiendo, y sólo voy a comprarlo si hacés una oferta que me conviene", o en todo caso "Quiero lo que tenés pero tengo X cantidad de plata y nada más", pero el punto es que el vendedor necesita hacer circular su mercancía y por eso rebaja su precio. De este modo se hacen negocios.
Existe -recién lo noté ayer- un fenómeno diametralmente opuesto, que se da en círculos más bien pudientes o en general mucho más arriba en la torre de la riqueza. Este fenómeno es el de las subastas. La lógica es: "Todos quieren este objeto, y lo va a tener el que pague más por él" y como contrato implícito, "lo que vale" el objeto se convierte en una ficción móvil que puede aumentar hasta las nubes. El objeto vale más mientras más gente lo quiera.
Se regatea por pequeños electrodomésticos, por chucherías, por ropa... cositas, en fin, que pueden resultar -dentro de ciertos límites- útiles para la vida o la pequeña felicidad de poseer. Me parece razonable; nadie sale herido.
Se subastan cosas obvia y absolutamente inútiles para la vida individual, digamos arte, cuya función principal es estar expuestos en un domicilio particular para que lo vean los amigos del dueño y acaso los otros participantes de la subasta, los que no llegaron a comprarlo. Me parece ilógico. El arte es la clase de cosas que debería pertenecer a la humanidad toda.

¿Es mi impresión o las gentes que regatean viven pequeñas ficciones con sentido y las que pagan y pagan y pagan están inmersos en una lógica bastantemás enferma?
No sé... es una idea muy verde, recién la miré ayer... pero me inquieta un poco...

6 Comments:

Unknown said...

Hmmmmm... discrepo con vos Susanita (Maria). Conozco, he conocido, muchas personas de estratos sociales "altos" de "alcurnia" que regatean, lloran, miserean, humillan y hasta venden a su madre por un descuento, un arreglo, una cometa, una ganancia extra. A veces, las clases más marginales son las más honestas. Pero claro, como todas las clases también tienen: "polución".-
La subasta en sí es un "meter" o sea un medidor... ¿de qué? de excentricidad, de poder, de comparación, de estatus social y económico, les importa un pito que carajo compran pero sí les importa todos lo que de ello emane, o sea lo que mencioné al principio.-
Es la humilde opinión de éste, tú lector, que siempre te lee.-

Migue

María (Letras) said...

Esmuy cierto lo que decís. De hecho, conozco pocos ricos de los que describí en el texto, y más bien muchos de los que vos hablás. Y aunque eso anula mi tesis, no deja fuera la posibilidad de hacer otra. Ya voy a volver a rodear el tema.
Muchas gracias por pasar y decir cosas "denserio", gesto que no abunda en la blogósfera.
Beso.

franco said...

Right, pagar menos por algo de poco valor o pagar más por algo de mucho valor. Siempre acentuando las desigualdades.
Creo que lo más ilógico de todo eso, es pagar un precio que baja y sube para comprar dinero con dinero (casas de cambio y esos invenos).

LAUCHA said...

che shegua, pasate!
http://miseroculto.blogspot.com/


por cierto...

me gustó lo que posteaste
(lo siento, no ando inspirado para poner un comentario que valga la pena)

exLyda said...

Valor de cambio, valor de uso... Clases altas y clases bajas... Mmm...
Pues sí, gente con lana regatea bastante, pero eso es como cultural. Sobre las subastas, no había hecho jamás la relación entre ambos mecanismos y sí, la teoría parece tener sentido.

vargas on the blog said...

muy buenas observaciones, quedaría por decir que la tercera alternativa que no se enuncia, a saber, el "precio justo"; tambien es una ficcción no menos arbitraria que las otras.

no se, digo, dije, y ya me arrepentí...