El dicho popular reza: "Un mosquito no puede detener el tren, pero puede llenar de ronchas al maquinista". Posiblemente eso lo dijo una persona singular, pero no es lo importante porque la memoria ha seleccionado la reflexión y no a su autor.
Un trosko diría: "Doscientas mil setecientas moscas unidas por la lucha popular del partido X (y no otro) podrían detener el tren. Una mosca sola (o quince) podrían romperle las bolas al maquinista para que llegue, pero al menos de mal humor. Sin embargo, lo realmente productivo es que las quince moscas molesten al resto de las doscientas mil seicientas ochenta y cinco para que se unan al partido X (y no al Y) y así detengan el tren, o de lo contrario se irán a dormir todos los días con las bolas llenas de escuchar zumbidos"
Un conformista promedio diría: "Una polilla no puede detener el tren, pero al menos puede subirse y comer algo"
Y un suicida: "Es imposible que una rana detenga el tren. Todo lo que queda es situarse en las vías y esperar a que las dulces ruedas del gran monstruo metálico diseccionen nuestra efimereidad, de modo que el maquinista comprenda lo horrible, horrible, horrible que es la vida"
Algún poeta (que probablemente estuvo leyendo a Casona últimamente), poemaría algo como: "Un pájaro nunca podrá detener un tren, pero si -posado sobre el gigantesco mensajero de los hombres crueles- pudiera con su canto conmover el corazón del maquinista, éste comprendería lo vano de su labor, y retornaría a casa con una lágrima horadándole el pecho..."
Alguien muy práctico detendría este post para preguntar (con sincera incredulidad): "¿Y para qué quieren detener el tren?"
A eso respondería un peronista: "¡Sí! ¡El tren es trabajo! ¿Por qué quieren interrumpir a un laburante?".
Y un campeano (que NO es lo mismo que un campeón): "Porque el tren lo hizo Cristina, y sea bala o no sea bala, dé trabajo o no, conecte el interior o lo aisle... hay que pararlo".
Y un socialista: ¡Al tren hay que tomarlo!
Y un anarkista: Un mosquito puede detener un tren: sólo necesita saber cómo hacer bombas con los materiales que tiene en su casa.
Y el socialista, nuevamente: Yo nunca entiendo qué piensan hacer ustedes cuando terminen de destruír todo con esas bombas...
Mientras todos discuten si se puede o no, cómo y por qué, el maquinista no ha sido interrumpido ni una sola vez.
Subjuntivo
Hace 11 años.
5 Comments:
Jjajajaa, y falta algún radicheta que diga que un mosquito votado en verdadera democracia cambiaría las cosas... X = Recórcholis!
La Revuelta Murguera diría: "un conjunto de no numerosos mosquitos emplearía como medio por el cual llamar a demás individuos no necesariamente correspondientes a su especie (colectividad especial), su zumbido en ciertas zonas del túnel donde su resonancia pueda ser percibida con claridad y sin opacar (siempre y cuando sus mensajes se basen en expresar que el maquinista quien comanda el tren no se trata de una persona agradable, sino que es despreciable y gruñón)".
María es una persona despreciable y gruñona (además de hermosa), o sea que es la maquinista del tren. La la la la... CONTINUARÁ...
una picadura muy fuerte, instintiva..., ciertamente bastaría para crear una serie de cucesos relativos que no sólo tendrían el poder de detener un tren, sino de llevar incluso a su descarrilamiento.
Pero mi opinión no es más que un simple punto de vista.
Es lógico para mí, lo cual no significa que sea cierto.
Está muy bacano tu blog...
Pasaré de vez en cuando, cuando tenga realmente tiempo disponible. Siempre es bueno ocupar el tiempo libre en leer cosas interesantes y un poco fuera de lo común.
fabianmorales-@hotmail.com
Muy bueno el post. Pero yo digo, ¿a nadie se le ocurrió hablar con el maquinista? Por ahí el tipo está podrido, y lo único que quiere es una excusa para largar todo y quedarse tomando mates en su casa...
Pero claro, solamente a un tarado se lo ocurriría hacer algo tan prosaico como charlar cuando es mucho más "trascendente" Discutir Consignas, Consensuar Planes de Acción y otras cosas que se escriben con mayúsculas.
Ah, creo que la frase la leí en Mafalda, pero no sé de dónde la habrá afanado Quino.
Saludos.
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