A Mariano lo voy a raptar para llevármelo.
Me voy a sentar en frente de él y observarlo por horas. Y a sonreír. Mirarlo y sonreír, o llorar, ya no sé.
A Mariano, sí.
Y a ver sus ojitos, y cerrar los míos para que no duela tanto. Y querer abrazarlo, pero abrazarlo no, porque se escapa, porque es de humo.
A Mariano quiero raptarlo, llevármelo al castillo, sentarme y mirarlo, y quedarme ahí para siempre, o hasta que haya gastado mi fascinación o las lágrimas.
Y duele, y va a doler. Pero no importa porque él todavía sonríe, todavía crece, aunque yo no lo mire y me tire a llorar en la cama.
Subjuntivo
Hace 11 años.
2 Comments:
Triste...
Como todo.
Pero al menos sirve para descargarse un poco.
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