Sobre lo que dijo el Poeta Siniestro

MalditoPoetaSiniestro said... Me voy.

Aniquilo el blog en estos momentos. No admito una literatura o un arte salvaguardado en un rincón de una mierda farsa y falsa como lo es la Internet, la muy puta tenía que ser de género femenino. No. No. No. Nuestras creaciones son demasiado preciadas como para andar regalándolas ahí, lanzándolas sin pudor ante la vista de un montón de seres morbosos que nada saben de escribir, crear o destruir. Por ello, desde estos momentos dejo de figurar en el universo del sucio blog. Algo bueno saqué, conocí a gente como vos, bueno, tú y otra argentina, pero no doy más. Ahora se clava en mí la preocupación vital de mi vocación, ¿no estoy desbordándome demasiado?, ¿acaso puedo atreverme a concebir lo que hago como algo para ser lanzado en libros, mierdas, folleticos, revistas con viejas peladas?. Bah!. ¿Qué puedo hacer?

Hasta pronto.

Muchas personas me han dicho cosas como "Pero ¿no te pueden robar las cosas que escribís?", "Poner cosas en el blog te expone al plagio", y otras similares, y ahora viene el MPS y dice esto: "No se merecen ver nuestras creaciones".
Tal vez sea riesgoso poner algo de tanta importancia como lo que uno escribe con seriedad en un espacio creado para asuntos banales, digamos, de fácil caducidad, y abierto a tan todo el mundo como es la blogósfera. Aunque admito la posibilidad, no temo que alguien me robe un poema porque no son lo suficienteme buenos, y además porque nadie podría sacar rédito de ellos; ni material ni intelectual. Pero me he chocado con mucha gente cuyos intereses y concepciones difieren de los míos al 100%, y que por lo tanto se dedican a ir por ahí diciendo "Muy lindo^^, mirá mi blog, besos besos besos" o -por el contrario- "Esto es la peor porquería que he leído ¿quién te creés que sos?" y cosas por el estilo. Supongo que por esta clase de gente se molestó el Poeta. Pocos hay que hagan una lectura exhaustiva y una crítica sincera. Sin embargo, yo defiendo el espacio del blog. Es cierto que "publicar" en formato papel es mucho más agradable y otorga cierta legitimidad, además de que constituye un triunfo por sí mismo y luego quién lo lea es un tema que carece de mucha importancia. Pero es un lugar de exposición gratuita y sin mediaciones, lo que exime al escritor (o dibujante o fotógrafo) de tener que convencer a un editor de que vale la pena publicar lo que uno hace. Es cierto que en estas condiciones cualquiera puede escribir, y eso hace que sea muy difícil encontrar blogs que valen la pena, entre un mar de páginas repletas de tonterías que no interesan ni a sus ocasionadores. También es cierto que se vuelve frustrante a veces no obtener comentarios, u obtener pocos y muy malos, o sólo de un amigo que te hace la gamba... en contraposición a otros blogs que son graciosos o simplemente cuyos dueños hacen "muchos sociales" y entonces reciben firmas a cambio de firmas.
Pero justamente en este espacio de total libertad se hace más grato encontrar a gente que haga cosas de calidad. Yo, por este medio gratuito, masivo y libre, encontré a mucha gente que valía la pena, que no habría encontrado de otro modo, y que de una forma u otra cambió mi vida. Por este mismo medio también puedo mostrar lo que escribo a quien quiero, con un seguimiento de avances o retrocesos y con posibilidad abierta de crítica. Y por aquí también (sumado al msn) estamos gestionando el proyecto de intervención artística en distintos puntos del país y de Latinoamérica (y eso que empezó siendo una idea que me picaba en la cabeza). Por último: que la gente promedio (digamos, la que tiene blogs-diarioíntimo o hace poesías cursis y eso) ande saltando de blog en blog y llegue hasta alguno que le rompe la cabeza es algo cien por ciento positivo. Me consta que ha pasado, y esa gente ha experimentado un cambio, una progresión innegable (guste o no guste el resultado). El intercambio, en espacios multilaterales como éste, nos enriquece a todos. Se aprende por adhesión o por contraste, por identificación o aversión. Al fin de cuentas, estos espacios de Internet me parecen lo más positivo que ha generado -sin querer- la tecnologización orientada a la globalización. Tal vez esté equivocada y en algún momento me arrepienta y quiera irme para siempre, igual que el Poeta Siniestro. Pero sucederá -probablemente- sólo si dejo de confiar en que la libertad de expresión no es algo que uno deba merecer. Ojalá que no pase.

¡Nombre decidido!

Bueno, al final terminamos votando por el nombre . En cualquier momento Pío hace el blog para que subamos cosas, propuestas, fotos, etc. Pero ya teniendo el nombre (y aunque todavía no hayamos decidido el isologotipo) están todos autorizados a largar el proyecto. Habría que apurarse porque ya termina el año, o desacelerar y planear todo mucho para empezar el año que viene. Qué sé yo, lo que tengan ganas. Al fin y al cabo, no tiene que ser igual en cada lugar.

Ah, y -Pío- seguimos esperando que nos digas cómo se pronuncia Akãhatã.

Besos a todos^^.

De gente y cosas y formas en que se poseen mutuamente

El regateo es un fenómeno propio de los bajos estratos de la sociedad. Ningún individuo muy fino iría al mercado a regatear por un reloj; ¿pará qué, si puede compar cinco en ese mismo momento?. Pero los demás sí regateamos; y mientras más marginal es el lugar, más aceitados están los mecanismos de regateo. Se trata de operar con esta lógica: "No necesito realmente lo que estás vendiendo, y sólo voy a comprarlo si hacés una oferta que me conviene", o en todo caso "Quiero lo que tenés pero tengo X cantidad de plata y nada más", pero el punto es que el vendedor necesita hacer circular su mercancía y por eso rebaja su precio. De este modo se hacen negocios.
Existe -recién lo noté ayer- un fenómeno diametralmente opuesto, que se da en círculos más bien pudientes o en general mucho más arriba en la torre de la riqueza. Este fenómeno es el de las subastas. La lógica es: "Todos quieren este objeto, y lo va a tener el que pague más por él" y como contrato implícito, "lo que vale" el objeto se convierte en una ficción móvil que puede aumentar hasta las nubes. El objeto vale más mientras más gente lo quiera.
Se regatea por pequeños electrodomésticos, por chucherías, por ropa... cositas, en fin, que pueden resultar -dentro de ciertos límites- útiles para la vida o la pequeña felicidad de poseer. Me parece razonable; nadie sale herido.
Se subastan cosas obvia y absolutamente inútiles para la vida individual, digamos arte, cuya función principal es estar expuestos en un domicilio particular para que lo vean los amigos del dueño y acaso los otros participantes de la subasta, los que no llegaron a comprarlo. Me parece ilógico. El arte es la clase de cosas que debería pertenecer a la humanidad toda.

¿Es mi impresión o las gentes que regatean viven pequeñas ficciones con sentido y las que pagan y pagan y pagan están inmersos en una lógica bastantemás enferma?
No sé... es una idea muy verde, recién la miré ayer... pero me inquieta un poco...

Ambiguo

Y, si no se olvida que él existe, no puede vivir. Y si no acuerda que alguna vez la quiso, se quiere morir.
En fin... ella aceptó el Ángel que le tatuaron, abrazándola.




(Eso es re viejo ¿eh? y hasta tal vez ya lo puse en el blog... )

¿Qué cumplión funce?

No termino de entender con qué fin las empresas de telefonía decidieron un día que todos los números iban a llevar por delante un cuatro.

¿Alguien me explica?

Burocracia

Yo: Hola, qué tal. Deme un encendedor, por favor.
?: Antes déjeme ver su paquete de cigarrillos.
Yo: No tengo.
?: Entonces compre y después venga.
Yo: ¡Pero no fumo!
?: ¿Y entonces para qué quiere un encendedor?
Yo: ¡¿Y a usted qué le importa?
?: Lo siento, pero no podemos vender encendedores a no fumadores. Hay una ordenanza municipal que lo prohibe. Y menos si se niegan a declarar el uso que van a darle.
Yo: Pero ¡¿se da cuenta que me obliga a mentirle?!
?: La ley es la ley.
Yo: Está bien. ¿Vende cigarrillos?
?: Sí.
Yo: Bueno, deme un paquete de cigarrillos, un encendedor y un desodorante en aerosol.
?: ¡¿Un desodorante?! ¿Para qué?
Yo: Para usar mi encendedor de forma productiva.
?: ...ehm...
Yo: ¿Hay alguna ordenanza municipal que prohiba venderme un encendedor y un desodorante?
?: No...
Yo: Debería. ¿Tiene encendedores de los azulcitos?


El gobierno ya no sabe cómo cuidarse de la psicopatía.