26.10.06

Dejar de llorar en cinco pasos

(1) Detecte el momento de la oleada baja del llanto. En general, cada cinco minutos de llanto desesperado, la presión de agua merma un poco; pero es más conveniente encontrar el momento justo en que las aguas están más bajas, lo cual sucede cuando el cuerpo descansa, preparándose para un nuevo ataque. Esto es aproximadamente treinta y tres minutos después que han comenzado los hipidos iniciales.
(2) Aproveche el tiempo: no será mucho. Incorpórese con el menor aplomo posible y diríjase al sitio poblado más cercano. Esto lo obligará a mantener la compostura por unos minutos. Para optimizar resultados, encontrar sitios de alta presencia, como circos o pantanos, que puedan captar su atención momentáneamente. Evite consultorios médicos, que siempre tienen puesta la radio en frecuencia Romántica.
(3) Tome una bolsa (de papel, para reducir la contaminación) y comience a poner dentro todos los papeles que encuentre. Entre estos cuentan: fotonovelas eróticas, folletos de Red Megatone, panfletos peronistas, la revista Caras y el teléfono de la tía de alguien, entre otros. Apresúrese, la corriente subirá en cualquier momento.
(4) Cuando todo eso esté listo, cierre la bolsa con un nudo o con una cuerda. Si es muy pequeña, puede rellenarla con aire. Tráguese la bolsa (en lo posible, entera), pero no haga de ello un mundo: “deje que fluya”. Ahora, ubique a qué altura del pecho está el hueco que deja escapar toda el agua, y sacúdase hasta que en gran bollo de papeles caiga dentro y lo tape. Es probable que tenga que darse algunos golpes en el pecho para que se encastre bien.
(5) Usted habrá podido contener el llanto hasta que los bordes cauterizados del hueco comiencen de nuevo a regenerarse. Cuando lo hagan, expulsarán la bola hacia un lado. Puede suceder que caiga hacia dentro (lo cual no es conveniente), o que la tire hacia fuera, de donde Ud. deberá sacarla y reemplazarla por otra más pequeña hasta que el agujero se cierre por completo.

De este modo fácil y práctico, se termina con esos molestos llantos e hipidos que incomodan la vida social y perjudican el trabajo. Junto con una cantidad considerable de aspirinas y afines, Ud. conseguirá una vida relajad ay sin sobresaltos.
Por cualquier duda consulte a su médico. Pero ojo con la radio romántica.

(20/10/06)

4 Comments:

... said...

(insertar sonrisa leve- de esas que se llevan las brisas-)

Claroscuro said...

(cara de susto) ¿y si la bolsa cae dentro?

no quiero ir al médico y escuchar la estúpida música romántica

María (Letras) said...

Bueno... si la bolsa cae dentro, Ud. verá que en las letras chicas de las instrucciones, figura que la empresa no se responsabiliza por daños y perjuicios producidos a quienes intentaran llevar a cabo el procedimiento.
Cualquier cosa, arregle con los abogados.

Claroscuro said...

mmmh no, creo que prefiero seguir llorando...