26.10.06

La visita del Coro

Ante todo: los cuerpos arrojados sobre el escenario se volvían personas al cantar.

pero nunca supimos qué decir ante sus ojos, voces errantes de los labios al pecho, no supimos reír empachados de gozo, sus nombres ridículos y la piel real. no corrí a abrazar la niña rubia, no volví a ver la sonrisa o lloré ante ellos ni me rendí a Dios.
perdimos, no fuimos los espectadores griegos, no supimos callar, nunca encontramos qué decir o desdecir desde el cuerpo. no me paré, ni besé la voz fugitiva de los tenores entregados. poco asimos de la sangre que llovía ojos cerrados y nunca, nunca más he de volver a sublimar la sonoridad impar.
ellos fueron allí, eran idiotas que se volvían ángeles, y nosotros perdimos, cómo voy a salir ahora. ellos estuvieron allí, o en los sueños de la noche, y las voces te rozaban despacio, sino en el cuerpo en algún lugar más allá.

El espacio en blanco no importó nada. Y las voces fugitivas sí, aunque no podían entenderlo.
Acá dentro
en el fondo uno se pierde muchas cosas.


(5/10/06)

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