De pronto me sobresalto. Detengo mi paso apresurado y veo –me veo- en medio de la calle, dirigiéndome a quién sabe dónde. Cómo llegué ahí, no lo sé. O, mejor, dónde estaba yo cuando ella, la otra, las otras acaso, decidieron que yo iba a salir a caminar.
Recuerdo, sí, las razones. Sé que lo pensé y supe que estaba bien. Sé que salí en algún momento y supe que salía. Pero ¿dónde estaba? ¿qué estaba haciendo yo? O, si era yo ¿de qué desperté?
Espantada, pregunto: ¿Quién era este cuerpo mientras ese algo inasible de mí estaba en alguna otra parte?
O...
Ando por la calle. Yo, creo. Como siempre, mirando hacia los lados y arriba, juntando los colores de memoria. El camino es largo, así que el tiempo rebosa de percepciones y protorecuerdos.
Pero hay un instante preciso (uno solo cada día) en que una sensación levísima desencadena una serie de recuerdos de abrumante intensidad en mí. Todo sucede en un instante: el detonante es tan tenue que apenas puedo suponerlo, y todo el universo que acaba de sucederse, remolino de dèja-voues (?) y vaticinios, se escapa a la velocidad en que supo aparecer.
Todo se desvanece, no importa cuán duro intente atraparlos. Sólo queda esa sensación de pérdida fatal, y unas imágenes borrosas que me remiten a algún lugar inexplorado de mi mente.
Espantada, pregunto: ¿Qué será este cuerpo ahora que ese algo inasible de mí se ha marchado a otra parte?
Así se suceden mis días.
(5 de Septiembre)
Subjuntivo
Hace 11 años.
2 Comments:
Me gustó. Qué lindo que puedas darle forma.
La estructura me suena un poco familiar ;).
Claro, es robada.
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