8.9.06

Viento

Justo el día en que no me ato el pelo, aparece el viento.
Las calles se vuelven de tierra. Los baldíos se vuelven desiertos. Y ese viento maldito que lo penetra todo se levanta como un torbellino que todo lo que toca vuelve ocre.
Yo camino contra el viento. Yo nado, pienso, como una enferma que te persigue por todos lados. Con las manos cierro la campera que tiene el cierre roto. Alrededor, las hojas y la basura de la calle se arremolinan en coreografías magníficas. Yo no las veo. Como una loca, como una máquina, te pienso y avanzo, sin ver. Sin oír más que el viento.
La tierra en el aire es tanta, que camino con los ojos cerrados. Espío apenas el piso para no tropezar tanto, y eso alcanza. No sé cómo hago. Ni me importa. Yo voy paso a paso, tozudamente en contra de la tormenta y te pienso, mastico tu nombre, soy una enferma obsesionada con los matices de tu última palabra.
Ya no sé cuántas cuadras soplaron bajo mis pies. El silbido interminable que puebla la ciudad me hace acordar a vos. Mierda. Todo me hace acordar a vos. Incluso este camino que parece infinito... y que no tiene más razón que la de un poco de tiempo sola para pensarte. Así de desquiciada estoy: aunque todos se hayan encerrado en sus casas, yo salí a perseguir tu sombra.
No puedo decir todo lo que no vi. No recuerdo a dónde iba, ni si llegué; acaso haya estado viniendo hacia este lugar. Pero sé bien qué pensaba: las partes de tu rostro que todavía recuerdo, una palabra que duele, y esa pesadilla que desde anoche no puedo quitarme de la cabeza.


(6/9/06)

2 Comments:

pezmurillo said...

Wow... en serio, wow. *Glup*

María (Letras) said...

Sepia.